Hoy, queremos llevarte en un viaje a través del tiempo, a la Australia de principios del siglo XX, para compartir la asombrosa historia de Bluey, un perro pastor australiano cuya vida no solo se convirtió en leyenda sino que también nos invita a reflexionar sobre la naturalidad con la que vivían nuestros amigos caninos en aquel entonces.
Bluey nació el 7 de junio de 1910, en un rincón pintoresco de Victoria, Australia, donde las vastas praderas y el trabajo duro moldeaban el día a día.
Bajo el cuidado de Les Hall, su dueño, Bluey se convirtió en un perro de trabajo imprescindible, dedicando casi 20 años de su vida a pastorear ovejas y ganado, una tarea que requería no solo inteligencia y disciplina sino también una vitalidad excepcional.
La vida de Bluey transcurrió en una época donde la alimentación de los perros era una extensión natural de su entorno.
Lejos estaban los alimentos concentrados o procesados que conocemos hoy en día. La dieta de Bluey estaba compuesta por lo que la tierra y el trabajo cotidiano ofrecían: carnes frescas, restos de las comidas familiares, y tal vez, los frutos que la naturaleza australiana regalaba.
Esta alimentación, balanceada y directamente vinculada a su estilo de vida activo, jugó un papel crucial en su notable longevidad.
El 14 de noviembre de 1939, Bluey cerró sus ojos por última vez, dejando atrás una vida de 29 años y 5 meses, un récord que sería oficialmente reconocido por el Libro Guinness de los Récords como la vida más larga jamás documentada para un perro.
Esta marca no solo celebraba los años vividos sino también la calidad de vida que Bluey disfrutó gracias a las simples, pero profundamente nutritivas, elecciones de su época.
La historia de Bluey es un hermoso recordatorio de los principios básicos de la vida y la nutrición. En un mundo que avanza rápidamente hacia lo complejo y procesado, la vida de Bluey nos invita a detenernos y considerar el valor incalculable de lo natural y lo auténtico, tanto para nosotros como para nuestros fieles compañeros caninos.
Mientras reflexionamos sobre la extraordinaria vida de Bluey, es importante reconocer que ha habido varios perros notables a lo largo de la historia que también han alcanzado edades avanzadas, cada uno con su propia historia única.
Entre ellos se encuentran Bobi, un perro de la raza Rafeiro do Alentejo de Portugal, y Maggie, una Kelpie australiana, quienes se dice que vivieron vidas tan largas como la de Bluey. Aunque ninguno ha sido oficialmente reconocido con un récord Guinness, sus historias sugieren que han vivido aproximadamente la misma cantidad de años.
Lo que estos casos tienen en común, además de su notable longevidad, es un estilo de vida activo y una alimentación más cercana a lo natural, elementos que creemos fundamentalmente contribuyen al bienestar y la vida prolongada de estos fieles compañeros.
Nos leemos en nuestra próxima historia pero antes te invitamos a alimentar a tu perro con alimentos realmente saludables y naturales. Conoce las Delilonjas de Kastian, Alimento completo tipo BARF para tu peludo.